(Fotos y texto: Ayto Cervera del Maestre)
La población se asienta en la falda del castillo, adaptándose a la morfología del terreno, y aunque en este se han puesto al descubierto estratos de la edad del hierro, el origen de la población se establece en época islámica, tal y como muestra su casco antiguo, con un curioso entramado urbano laberíntico de calles estrechas, empinadas, irregulares y sinuosas, típicas de las ciudades andalusíes.
Fruto de la importancia y poder de su castillo, tras la reconquista, Cervera, bajo los dominios de la Orden de San Juan del Hospital (1233) y de la Orden de Montesa (1319) se convierte en el centro de encomienda y priorato del Viejo Maestrazgo. Gran legado de la importancia que tuvo la población lo podemos observar hoy en día en los diversos escudos heráldicos que se conservan en la Calle Mayor.
Todos estos elementos convierten Cervera en el lugar idóneo para pasar unas vacaciones en familia, rodeados de naturaleza y tranquilidad, con una gran oferta turística, gastronómica, natural y cultural.
Se trata de un antiguo molino aceitero situado al lado de la Rambla de Cervera. Edificio construido entre los siglos XIV-XV, funcionó como monopolio señorial del aceite hasta los años 20 del siglo pasado. Declarado BIC, actualmente se ha reconvertido en centro de visitantes, y a parte de una completa exposición museográfica alberga la oficina de información del municipio.
En el interior del edificio se conserva una antigua prensa de madera, llamada tradicionalmente " de viga y quintal", de 12 metros de largo y 4000 kg. de peso, construida en el año 1606 junto con sus grandes torres de contrapeso. Es posiblemente una de las prensas más grandes y más antiguas que se conservan en toda España, y según este ingenio ideado por la antigua civilización romana se muestran todas las fases de la producción ancestral del aceite, desde el secado de la aceituna en las terrazas, pasando por la moltura en la Sala de las Muelas, la extracción del aceite en la Sala de las Prensas y la depuración del líquido dorado en la Sala de las Tinajas.
El Castillo de Cervera es una fortaleza islámica construida en el siglo XII sobre un antiguo Hisn Califal en la cima de una loma que domina el centro geográfico del Baix Maestrat. Erigido como un castillo Almohade de frontera, su finalidad no era otra que frenar el imparable avance de las tropas cristianas durante la reconquista, formando así una sólida línea defensiva junto con los castillos de Peñíscola, Xivert y Morella.
Tras la rendición de los musulmanes, las Órdenes de Caballería de San Juan del Hospital (1233) y de Santa María de Montesa (1319) tomarán posesión de la fortaleza, convirtiéndose así en el centro político-administrativo del Viejo Maestrazgo de Montesa a lo largo de los siglos XIV, XV y XVI.
Destruido por Felipe V durante la Guerra de Sucesión, actualmente se halla en ruinas, aunque aún se observan numerosos restos de murallas y torres, entre las que destaca la del homenaje. El más interesante quizás es un asiento labrado en la propia roca formado por dos brazos laterales y un escabel en la parte inferior para reposo de los pies, el cual se podría corresponder, hipotéticamente, con una especie de trono de la edad de hierro o de época ibérica.
Numerosas son también las leyendas que giran en torno al castillo, desde un enorme y feroz dragón que vivía en su entrada hasta los misteriosos túneles subterráneos o la vieja leyenda que cuentan sus vecinos de que en el castillo se esconde un tesoro que nunca nadie llegó a encontrar.
Se trata de un antiguo edificio de origen civil construido por la Orden de Montesa en el siglo XIV, destinado al comercio al por mayor de la lana producida en el Maestrazgo, fuente de poder económico en la baja Edad Media.
En el año 1806, tal y como se muestra en la inscripción de su dintel de entrada, con una serie de ampliaciones y reformas el edificio se convierte en templo religiosos dedicado a la advocación de San Sebastián, patrono del municipio.
En su fachada destaca el arco rebajado construido con sillares bajo el que se accede al edificio. En la clave de la puerta aparece el escudo primigenio de la Orden de Montesa, mientras que en las impostas del arco encontramos dos escudos: el de la derecha, con las cuatro barras de la senyera, y el de la izquierda, totalmente destruido.
Ambos se sitúan en la parte elevada del municipio, a los pies del casco antiguo.
La Iglesia, probablemente se edificó sobre un anterior templo religioso sarraceno. La planta del edificio, rectangular, es de estilo barroco, con varias capillas y altares en los laterales y una hermosa capilla contigua a la puerta de acceso denominada de la Comunión que alberga el altar con la imagen de la patrona de Cervera, la Verge de la Costa.
En los pies de la iglesia, en la parte inferior del coro, aún pueden apreciarse elementos constructivos de la primitiva iglesia consistentes en nervios cruzados con su piedra clave en el centro. Seguramente, la antigua iglesia sirvió de andamio para la construcción de la iglesia barroca, obras que se realizaron en el siglo XVII pero que no se llegaron a terminar.
La torre campanario, tal y como se refleja en una de sus fachadas, fue construida en el año 1760. Se trata de un edificio barroco, de planta hexagonal, con alzado prismático y tipología de tradición gótica. La decoración se concreta únicamente en la parte superior reservada al cuerpo de campanas y al coronamiento final, desde el que se domina toda la población. La fachada principal alberga el escudo de la población y los restos del antiguo reloj.
En su interior se divide por tres cuerpos (contrapesos, reloj y campanas), unidos por unas escaleras helicoidales de piedra con 105 peldaños e iluminadas por tres sobrias troneras de bella composición. El cuerpo de las campanas destaca por los grandes ventanales de medio punto, flanqueados por pilastras toscanas, en los que se hallan fijadas las campanas. La más antigua, llamada "Puríssima", está datada en el año 1906, pesa 903 kg. y tiene un diámetro de 116 cm.
El primitivo y original núcleo urbano deriva de un complejo trazado urbanístico, característico de las antiguas ciudades andalusíes. Este fue apiñándose, a lo largo de la Edad Media, alrededor del castillo y la iglesia a partir de estrechos y atrevidos callejones caracterizados por su acentuado desnivel y trazado irregular, con el carácter propio de un laberinto. Posteriormente, y adaptándose a las curvas de nivel, la población fue descendiendo y ampliándose hasta las zonas circundantes un poco más llanas, con calles amplias y bastante rectilíneas en contraste con la tipología inicial. Una curiosa y compleja combinación de trazas urbanísticas, en definitiva, que le confieren a la población un carácter propio y singular.
Entre Teruel, Tarragona y Castellón de la Plana se concentra el mayor número de olivos milenarios que existe no solo en España sino en todo el mundo. Uno árboles peculiares, que además de atraer por su belleza, producen un aceite que se ha convertido en un tesoro entre los paladares gourmet.
La aceituna de estos olivos milenarios es de la variedad Farga, la más longeva y resistente a las inclemencias climáticas. Esos troncos de formas retorcidas cuyo perímetro puede llegar a superar los 6 metros pertenecen a este tipo de aceituna. Durante un tiempo, el expolio de estos olivos fue algo común, se arrancaban para utilizarlos como ornamentación en jardines públicos y privados, pero gracias al cuidado y la concienciación de muchos agricultores, los olivos de la zona del Maestrat continúan maravillando a todos los que se acercan para contemplar este espectáculo.
En la Comunidad Valenciana, estos árboles están protegidos por la Ley de Patrimonio Arbóreo de 2006 que prohíbe el trasplante y comercio de este tipo de árboles.
El REAL SANTUARIO DE LA FONT DE LA SALUT es el vestigio del paso por Traiguera de las órdenes de Montesa y los Hospitalarios. Tiene su origen al siglo XIV siendo el periodo de máximo esplendor al siglo XVI.
El templo se sitúa en el centro del conjunto de edificaciones correspondientes básicamente al siglo XVI, con transformaciones del templo gótico a los siglos XVII y XVIII, a la derecha se encuentran el pozo y la fuente de Miracle así como la cocina medieval. Sobre estos, alrededor de un patio y en dos alturas se desarrolla la hostatgeria. A la izquierda se disponen la antigua casa «de los Curas» y los restos de un antiguo e inacabado palacio.
MORELLA está a sólo 60 kilómetros de la costa. Morella aparece en los ojos del visitante en vuelta del encanto que le transmiten la posición estratégica, que llena el paisaje, y las murallas centenarias coronadas por el robusto castillo a más de mil metros de altura. Sus dieciséis torres, seis portales y casi dos quilómetros de muralla configuran una silueta única, coronada por el imponente castillo.
Declarada Conjunto Histórico-Artístico, con un excelente trabajo de rehabilitación municipal que ha sido reconocido por las ciudades Patrimonio de la Humanidad con el premio Patrimonio y que posee la declaración de la UNESCO en el abrigo rupestre de Morella la Vella, esta ciudad te seducirá también por su tradición, monumentos, gastronomía, folklore y su entorno.
Si se pasa por Morella, es recomendable visitar:
PEÑÍSCOLA está situada a 15 km de Cervera Desde enero de 2013, Peñíscola forma parte de la red Los pueblos más bonitos de España.
La ciudad se sitúa en un tómbolo, una península rocosa, en origen unida a tierra solamente por un istmo de arena, que hacía fácil su defensa, aunque ocasionalmente se inundaba y quedaba sepultado bajo el agua del mar. Actualmente, debido a la construcción del puerto y de los edificios en el istmo, este curioso hecho ha desaparecido. Sobre la peña se levanta su casco viejo, del que sobresale el castillo del Papa Luna, dividiendo la costa de Peñíscola en dos mitades absolutamente diferentes.
Si te acercas a este bello enclave descubrirás una ciudad medieval adentrada en el mar, presidida por un orgulloso Castillo Templario en un fantástico estado de conservación rodeado de un hormiguero de calles de trazado medieval que te trasladan por momentos a la misma alpujarra granadina, que a cada paso te sorprenderán con hallazgos tan singulares como su bufador.
Además del castillo templario, la ciudad cuenta con las murallas que Felipe II encargó al arquitecto militar italiano Giovanni Battista Antonelli, que fue quien las diseñó, siendo construidas entre 1576 y 1578. El Portal Fosc, llamado asimismo de Felipe II, es una de las tres entradas al casco histórico de Peñíscola; fue construido en 1578 y se atribuye su autoría al arquitecto Juan de Herrera.
El Portal de San Pedro o del Papa Luna, muestra en su parte central el blasón en piedra de Pedro de Luna. Era el acceso a la fortaleza desde el mar, cuando las aguas llegaban al pie de la muralla y las barcas varaban en la misma rampa al pie de este portal. Lo mandó construir el Papa Luna en 1414.
El PARQUE CULTURAL VALLTORTA-GASULLA, fué reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial en el año 1998. El museo es además el punto de partida para las visitas guiadas a los conjuntos de pinturas rupestres.
En el Barranco de la Valltorta se conocen 21 abrigos con Arte Levantino. En los abrigos de la Valltorta se pintan figuras humanas y animales con gran naturalismo, más acusados en los últimos, siempre en color rojo con diversas tonalidades.
Los animales más representados son ciervos, tanto ejemplares machos como hembras e incluso cervatos, cabras montesas y jabalíes, que en ocasiones aparecen heridas por flechas clavadas en el vientre, el cuello o la espalda. Hombres y mujeres en especial los primeros, se adornan con diversos tipos de peinados, plumas y cintas en la cabeza, tronco y extremidades. Los animales y las figuras humanas se representan aislados o formando escenas, por lo general de caza.
La más conocida se encuentra en la Cueva de los caballos (Cova dels Cavalls), donde un grupo de arqueros acechan y disparan sus flechas contra una manada de ciervos compuesta por un ciervo adulto, otro joven, cinco ciervas y dos cervatos.
El PARQUE NATURAL DE LA TINENÇA DE BENIFASSÀ posee una superficie de 4.965 ha. Engloba entre otros, a los municipios de Bel, Ballestar, Boixar, Castell de Cabres, Coratxà, Fredes y La Pobla de Benifassà. El Parque Natural de la Tinença fue declarado Parque Natural el año 2006. Tiene una extensión de 4,925 hectáreas, que abarca parte de las comarcas de els Ports y el Baix Maestrat, en término municipal de Castell de Cabres, La Pobla de Benifassà, Rossell y Vallibona.
Su paisaje contiene gran diversidad de vegetación y fauna autóctona, como pueden ser la cabra hispánica y muchas aves rapaces, que se encuentran en protección.
Entre otros lugares del parque, es recomendable visitar:
El Pi Gros (Pino Grueso), es un imponente y majestuoso pino de mas de 30 metros de altura, 7 metros de perímetro en su base y mas de 700 años de antigüedad y Faig Pare (Haya Padre) otro árbol monumental y muy querido, con mas de 250 años de vida y mas de 25 metros de altura. Sus nudosas raíces al aire es uno de sus grandes atractivos.
El Monasterio de Santa Maria de Benifassá. Se trata del monumento más representativo de la Tinença. Esta situado a los pies de "Santa Escolàstica", montaña en la que se encontraba el antiguo castillo musulmán de Beni-Hassan. Fue fundado por Jaume I el año 1233, tras la conquista de Morella.
En su arquitectura se pueden encontrar diferentes estilos, como por ejemplo el románico de la puerta de entrada o el gótico del ábside y de la vuelta. La Diputación de Castellón, lo declaró Monumento Nacional el año 1931. Actualmente está habitado por las monjas de clausura del Orden de la Cartuja de San Bruno, las cuales regentan el monasterio. Únicamente se puede visitar los jueves de 13 a 15 horas.
El PARQUE NATURAL SERRA D'IRTA, junto a la Reserva Marina d'Irta es un espacio protegido de 12.000 hectáreas de superficie, ubicado entre las localidades de Peñíscola, Santa Magdalena de Pulpis, Alcalà de Xivert y Alcossebre.
Su flora es la de una zona semiárida de clima mediterráneo. Los pinares viven en diálogo con el palmito, el romero y el fenoll. El substrato de roca blanca calcárea hace que la línea de costa sea espectacular, con acantilados que alternan con pequeñas calas.
La Serra d'Irta presenta un rico patrimonio histórico, destacan las construcciones árabes como los castillos de Xivert y de Polpis, y las torres vigías de Badum y de Ebrí; que muestran la antigua ocupación humana y el carácter militar de la misma. Los castillos, construidos el siglo X-XI, pasaron por diversas restauraciones a manos de almorávides, y de órdenes cristianas como la Orden del Temple y la de Montesa.